Recibir información y realizar ejercicios de reflexión con ella es una parte importante del proceso de aprendizaje. Pero los cambios más profundos y duraderos se efectúan en base a experiencias palpables, donde los participantes se involucran personalmente con intensidad.

Se usan metáforas que reflejan las condiciones que se encuentran en el trabajo o en la vida en general. Esas metáforas permiten producir tomas de conciencia que movilizan el potencial del colectivo a través del crecimiento personal de sus integrantes.

Un habilidoso proceso de restitución , que consiste en la oportuna verbalización de las experiencias permite anclar los aprendizajes. Acto seguida se reta a los participantes a practicar sus nuevos comportamientos / paradigmas con personas, situaciones y temas reales de su vida cotidiana.

Las herramientas

Existe una infinidad de recursos para la formación vivencial: dinámicas de grupo - business games - case studies - juegos en sala - juegos outdoor - aventuras al aire libre - actividades físicas - expediciones,...

Las dinámicas más poderosas son las que movilizan distintos niveles de conciencia (el ser, pensar, sentir, hacer) simultáneamente y realmente sacan a los participantes de su zona de comodidad.

La mejor forma de conseguir objetivos ambiciosos en un tiempo reducido, es construyendo eventos alrededor de dinámicas al aire libre ( outdoor training ) combinadas con procesos de introducción, evaluación y seguimiento en el aula. El outdoor training es una herramienta poderosa cuando trasciende lo puramente anecdótico de la actividad física.

La elección del marco es importante: inicialmente se requiere un lugar agradable alejado del contexto diario, ofreciendo una perspectiva más amplia y enriquecedora.

Pero lo que confiere valor a la formación vivencial no son las dinámicas en sí, si no su combinación, secuencia, encaje y la habilidad con la que se facilitan.

La clave es la Facilitación

El mundo está lleno de personas con buena voluntad para decir o mostrar a otros cómo mejorar. Pero según el dicho " Dale un pez y comerá un día - enséñale a pescar y comerá todos los días ", el verdadero aprendizaje pasa por el descubrimiento propio . Lo llamamos facilitar.

Un facilitador crea el marco e induce al aprendizaje. Destaca por hacer buenas preguntas. Interviene lo justo, provoca y deja hacer, fluye con el proceso del grupo y los individuos y es un maestro en el arte de estimular el feedback.

El aprendizaje sólo ocurre en áreas sobre las que no tenemos el control, es decir, que todavía no sabemos manejar (fuera de la zona de comodidad). Recorrer ese camino requiere valentía y compromiso, actitudes ambas que deben ser cuidadas con exquisito tacto por parte del consultor que facilita el proceso.

¡No se dejen seducir por las herramientas, la clave es la calidad del facilitador que acompaña el proceso!