| El desarrollo de un equipo de Alto Rendimiento sigue una secuencia a través de distintos niveles de conciencia:
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El hecho de unirse para emprender algo juntos tiene un propósito inicial. Es lo que nos mueve en el fondo. En una organización sería la Misión con la cual se identifican sus miembros. |
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Una vez decidido que queremos hacer algo juntos, necesitamos conocernos, descubrir qué aporta cada uno cómo persona, entendernos y sintonizarnos. El nivel de química interpersonal determinará la calidad de nuestro equipo. |
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Después recogemos nuestras ideas ( brainstorming ), estructuramos la información, desarrollamos nuestra visión del proyecto y decidimos los planes de acción. Esta fase será mucho más fácil y fructífera si nos hemos tomado el tiempo de conectar como equipo. |
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Entonces estamos listos para actuar de una manera eficiente y eficaz. |
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La confrontación con la realidad física genera una infinidad de información y experiencias. Una parte puede ser tratada objetivamente y simplemente dar lugar a ajustes o modificaciones de los planes de acción. La clave es el feedback continuo y de calidad. |
6. |
Se generan también experiencias subjetivas que son igualmente importantes y valiosas para afinar la dinámica del equipo. Victorias, errores, malentendidos,... son un fantástico material para madurar en nuestra relación. Es un trabajo continuo de hacernos más conscientes e integrar los aprendizajes (inteligencia emocional). |
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Llega un punto dónde completamos o simplemente queda obsoleto nuestro propósito inicial. Necesitamos renovar periódicamente o tener la valentía de dar por concluido un proyecto para pasar a otra cosa. Se trata de asegurar un compromiso del 100% en lo que estamos haciendo juntos. |
Las disfuncionalidades aparecen rápidamente cuando tratamos de saltarnos alguna etapa. A menudo equipos pasan rápidamente a la planificación (nivel mental) sin haber creado una conexión emocional sólida, lo que dificulta la elaboración de los objetivos y acuerdos y sabotea la etapa de implementación. Otros cuidan el aspecto relacional y elaboran buenos planes de acción, pero descuidan el seguimiento con el feedback adecuado y la maduración de la dinámica del equipo. Otros funcionan y producen resultados pero carecen de sentido porque no han renovado su intención de fondo.
La buena implementación es el resultado de cómo fusionamos distintos niveles de conciencia : desde lo esencial (o espiritual ) con lo emocional (lo que nos mueve), lo mental (lo que nos permite estructurar y enfocar) hasta lo físico (materializar).
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